sábado, 13 de agosto de 2011

COMIENZOS Y FINALES

La vida está llena de etapas que se van desarrollando casi sin darnos cuenta. A menudo tenemos etapas que comienzan y otras que terminan. Hay gente que empieza cosas nuevas, otros que las acaban. Eso es la vida, un sin fin de momentos y de circunstancias.

Cuando algo comienza solemos tener miedo. El ser humano suele tener miedo a lo desconocido. Pero no por eso debemos sobredimensionar más de la cuenta cada momento que comienza, hay que verlo todo en su justa medida. También es normal que así lo hagamos, dando más importancia a lo que nos viene de la que realmente tiene. Y es que cuando estamos a las puertas de algo nuevo (una ciudad nueva donde vivir, una nueva relación, un nuevo trabajo....), llegamos a darle tantas vueltas que finalmente hacemos una montaña de un grano de arena. No digo que eso que nos espera no vaya a ser difícil, ya que en la mayoría de las veces, los inicios nunca son fáciles, pero sí que a lo mejor le damos más importancia de la que realmente tiene, porque cuando llega ese momento y todo comienza y todo se desata de forma imparable, aunque al principio nos cueste, a medio plazo, nos damos cuenta de que no era para tanto.

Desde luego, lo que no podemos hacer es amedrentarnos ante algo nuevo, ante lo que se nos venga encima, ante esa nueva etapa, ya digo, laboral, emocional, etc, porque si nos echamos atrás, si nos negamos a "pasar por el aro", salga bien o no finalmente, pasado el tiempo nos arrepentiremos de, al menos no haberlo intentado. Lo que está claro es que nos podemos ni debemos ponernos trabas, de primeras, ante nada, porque al final, siempre nos quedará la duda del "qué habría pasado si lo hubiera intentado...", y en el fondo eso será algo que nos influirá de forma negativa para futuros retos, ya que si no fuimos capaces de intentarlo una vez, posiblemente tampoco seamos capaces de intentarlo una segunda o una tercera, y eso es un lastre que nos puede acompañar de una manera u otra el resto de nuestra vida.

No debemos tener miedo a los nuevos retos, o al menos un miedo moderado, porque por muy difícil que sea,  pasados dichos albores, todo se ve de diferente manera, y cuando echemos la vista atrás, cuando todo haya pasado, puede que lleguemos incluso a estar orgullosos de haberlo intentado, o hasta apenados por lo que dejamos atrás en esa época, en esa fase que en principio temimos y de la que luego podremos estar orgullosos

Jamás dejes de hacer cosas por miedo a qué pasará, porque la vida da las oportunidades una vez, determinados trenes sólo pasan una vez y debemos aprovecharlos para nuestra riqueza interior, que nos ayudará a ser personas más completas, sea en el sentido que sea.

Al igual que los comienzos están los finales. Son momentos en los que esas etapas que un día comenzaron, otro día se acaban. Dependiendo de la persona, se puede estar más acostumbrado o menos a los cambios de etapas en nuestra vida. En mi caso, en un par de días, otra mini etapa acabará. Siempre que uno de estos tramos, en este caso laboral, finaliza, unos días antes me gusta echar la vista atrás para ver qué he aprendido, que debo desechar, qué me ha aportado bueno y malo y qué debo guardar en ese "almacén de recuerdos" tan pequeño que tenemos pero en el que cabe todo lo que tú quieras meter. En este caso, como usualmente pasa, al menos a mi, me suelen quedar más cosas buenas que malas: lugares conocidos, vivencias, personas. Todo eso pasa por mi mente mientras escribo estas líneas de manera que pareciera una cascada de imágenes que se aturullan en mi mente. ESO ES LO BONITO DE CADA ETAPA.

En mi caso, que de hace un tiempo hasta ahora, suelo comenzar y terminar etapas "a menudo", me suele suceder que con el fin de cada tramo, no se, me suele venir una sensación de tranquilidad, de haber superado con mayor o menor éxito lo que está a punto de finalizar. Es un sentimiento que me lleva acompañando desde hace un par de días y que lo seguirá haciendo hasta dentro de unos cuantos más, que me hace sentir un poco más completo, algo más realizado interiormente, porque, por un lado me ha ayudado a reafirmarme en mis convicciones vitales y, por el otro, me hace desarrollarme como persona que vive y siente el mundo como algo que debe ser disfrutado cada segundo (cuando digo disfrutado no sólo hablo en positivo, se puede disfrutar también de las cosas negativas. Al fin y al cabo, todo, lo bueno y lo malo, si se vive apasionadamente, se acaba disfrutando porque siempre te dejará ese sabor final, como el que te puede dejar el mejor helado del mundo o el alimento más desagradable que jamás hayas probado).

Por todo, empezando o terminando algo en tu vida, disfrútalo, siempre TODO te dejará algo bueno, algo de lo que aprender, algo que recordar y sobre todo, algo que te llenará y te hará desarrollarte como persona, como alguien que vive y que de cada momento desgrana para bien o para mal y que todo eso le lleva cada día a ser una persona más completa, aunque a veces es difícil y no lo lleguemos a conseguir en el momento

Hoy, más que nunca, cobra sentido el título de este blog con la canción del día...

Goza de la Vida - Amparo Sandino

No hay comentarios:

Publicar un comentario