miércoles, 11 de mayo de 2011

DE NUEVO EL COMIENZO: MALAGA

Después de varios días sin escribir en el blog, os quiero escribir cómo han sido estos primeros días en la capital de la Costa del Sol.

Hoy es mi tercer día aquí, mi segunda noche durmiendo y "viviendo" en el camino de subida al Parador y Castillo de Gibralfaro. Pero el llegar hasta aquí no ha estado exento de problemas, sobre todo el primer día. Y es que llegué a Málaga el lunes, a eso de las 11 de la mañana y ciertamente, no me podía imaginar lo que me esperaba ese día. Después de ver unos pisos (los primeros que teníamos concertados en las visitas), para mi fue al menos algo impactante cómo se puede engañar a la gente de esta manera, sólo porque vives en la Costa del Sol. Ahí constaté el auge aun de la especulación urbanística mediante el alquiler de inmuebles que sólo por estar donde están se alquilan o venden a precios desorbitados.

Después de esto, fuimos a comer, a un barrio humilde cerca de Gibralfaro. Una comida normalita. Seguidamente, continuamos buscando pisos en alquiler. Ciertamente, en este caso, pude ver cómo hay de todo en esta vida: gente que tiene buenos pisos a precios normales, gente que alquila habitaciones en sus pisos por pura necesidad (como es el caso de un piso al que fuimos en el que la dueña, sucia y desarrapada, nos enseñaba el cuchitril donde pretendía que yo durmiera por el módico precio de 200 euros al mes.... en fin).

Después de muchas llamadas, muchos dimes y diretes con la dueña de los primeros alojamientos que visitamos, ella accedió a mis peticiones (a algunas) a eso de las 9 y media de la noche, con lo que entre unas cosas y otras, acabé entrando a mi "nuevo hogar" a las 11 de la noche pasadas y firmando el contrato por esas horas, el cual sólo firmé por un mes, porque no pretendo estar más tiempo del necesario en este lugar.

Pues este fue, más o menos, el relato de mi primer día en Málaga. Ayer fue el segundo. Un día marcado por el catarrazo que he cogido, un continuo de pañuelos, estornudos, etc, que me comenzó justo el día que me venía a Málaga. En mi segundo día en esta ciudad, llegó el día de comenzar el trabajo en el Parador de Gibralfaro, un lugar bonito, pequeño y con unas vistas bastante bonitas. Además está rodeado de vegetación, lo que le da un aire de mezcla entre sierra y mar, ya que desde la misma recepción del mismo Parador se puede ver la playa de la Malagueta. En fin, un día lleno de nuevas caras, nuevos nombres (con lo malo que soy yo para los nombres de personas que acabo de conocer), nuevo método de trabajo..... todo nuevo, incluso hasta el supermercado donde ahora compro, ya que nunca había comprado en uno de esa cadena.

Eso sí, una cosa que estoy notando, mucho más que el calor de esta ciudad, que no se si es calurosa de verdad o lo es a causa de mi resfriado, ya lo averiguaré en los próximos días (por ejemplo hoy, hace un día medio nublado, lo mismo se agradece a la hora de salir a trabajar), pues lo que más estoy notando son las cuestas intransitables e imposibles que tiene esta zona de Málaga, calles que me recuerdan a lo que tiene que pasar Juancho en esas calles de Las Navas subiendo y bajando cartas y más cartas. En fin, que ya tengo unas agujetas de órdago!

Y hoy es mi tercer día. Un desayuno con lo que se puede, ya que aquí no hay ni una triste tostadora y a esperar que llegue la hora de trabajar, a ver qué me depara la tarde, porque ya está visto lo que me va a deparar la mañana.

Seguiremos informando.....


Canción del día: la de hoy es una canción que invita al relax y muy a tono con esta época del año, un relax que, por otro lado me hace falta para ir asentándome en esta ciudad e ir poniendo todo en orden, en mi apartado laboral (por suerte en otros campos de mi vida, todo está muy bien asentado y algunos van "viento en popa" como dice alguien que yo se). No me enrollo más! Aquí va mi propuesta musical de hoy:

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