Es curioso cómo la vida te puede cambiar en un minuto. Cómo los momentos de tranquilidad se puede tornar en turbulencia, la alegría en tristeza, aunque sea momentánea. Aunque también es verdad que cuando una puerta se cierra, otra se abre.
Hoy me han dado una noticia "triste", he suspendido el examen de acceso a plaza fija en Paradores (que no por esperada deja de ser una "putada"). Por un lado es algo que cabrea un poco, porque después de preparate, de trabajártelo, etc, te llevas el palo de suspender y en el fondo, aunque te lo esperes, cabrea. Por otro lado, no se sabe qué es peor. Porque si apruebo y pido plaza y me la dan, pues tendría que ir vete a saber dónde (cosa que en estos momentos ni se me pasa por la cabeza). Además, cierto es (o eso parece) que habrá más convocatorias (incluso este año), por lo que, a la espera de la nota (la calificación ya la se), hay más posibilidades si no este año, el que viene, o cuando sea.
También es cierto que lo de este año ha sido una escabechina de cuidado, porque se rumorea que no saldrán casi plazas, por lo que han ido a suspender al mayor número de gente.
En definitiva, nunca se sabe qué es mejor ni qué es peor. Por ahora sólo el hecho objetivo, he suspendido, y lo que hubiera pasado si hubiera aprobado ya forma parte de la inventiva y del mundo de los supuestos.
Bueno, ya habrá más oportunidades. Como dicen algunos, al menos tenemos trabajo, que en estos tiempos que corren, no es poco...
Canción del día:
I just called to say I love you (Pitingo)
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